En favor del Artivismo (I): The Yes Men

Los Yes Men son un dúo de activistas formado por Andy Bichlbaum y Mike Bonanno que practican lo que ellos llaman «corrección de identidad», que trata básicamente de desenmascarar a las corporaciones multinacionales y a todo el entramado de intereses políticos y económicos tendentes a su protección en perjuicio de los ciudadanos de todo el planeta.

Esta es su web oficial: The Yes Men

Este es el trailer de su primera película:

Y este de la segunda:

Ambas altamente recomendadas.

“La violencia es suya, Sra. Assumpta Escarp”

Carta abierta a la Concejala de Seguridad del Ajuntament de Barcelona
Estimada Sra Assumpta Escarp, En El País de ayer, 6 de octubre del 2010, dicen que usted y su ayuntamiento quieren cerrar las webs que ustedes definen como anti-sistema (porque no comparten los mismos valores neoliberales que usted) , pero lo que usted no se da cuenta es que la violencia peligrosa es la suya, Sra Escarp, la suya y la del Ajuntament, que pone como prioridad la producción de Barcelona-como-marca por encima de las necesidades de los ciudadanos y ciudadanas.
Esa violencia, ese imparable delirium-tremens de la ciudad-espectáculo que hacen ustedes con Barcelona (R.Tello 2009), es una producción del espacio (Lefebvre 1991) para sus propios proyectos de transformación urbana “negando la voz y las acciones de los más débiles, de los otros , entre ellos especialmente las otras – mujeres” (R.Tello 2009). La violencia es lo que utilizan ustedes para convertir los espacios que quieren renovar en “espacios de miedo, un primer paso para justificar la necesidad de renovación” (R.Tello 2009).
Su violencia es una de esas estrategias bien conocidas que consiste en criminalizar y crear, entre la población, sentimientos y lenguaje contra los débiles y los creativos para luego poder llevar a cabo sus políticas (D.Harvey 2005) y sus proyectos lucrativos (Klein 2007). Esa violencia que el Ajuntament de Barcelona utiliza desde hace años para hacer de Barcelona una parquematización de los espacios cotidianos a través de “toda clase de subterfugios, coacciones e incluso violencia para expulsar los antiguos residentes y colocar ventajosamente en el mercado espacios cada vez más cotizados y más lucrativos” (N.Benach 2009).
Ustedes deciden qué hacer con la ciudad, cuál va a ser ese mega-desarrollo de Barcelona-marca-registrada (y fingen que nos piden nuestra participación como cuando se gastaron millones de euros en la pantomima de “preguntar” nuestra opinión sobre cómo reorganizar la Diagonal -afortunadamente, los ciudadanos no picaron el anzuelo), para seguir excluyendo a los jóvenes, inmigrantes, mujeres, discapacitados, ancianos, enfermos y parados, vendiendo, a través de la prensa, que las ideas que tienen usted y el Ajuntament son “sentido común” (Cresswell 1996).
¿Quién les ha incitado a ustedes a tal violencia? ¿El Neoliberalismo, el oportunismo, el egoismo? ¡Eso sí que es un crimen!
Por si aún no entiende bien de qué violencia estoy hablando, Sra Escarp, deje que le dé más ejemplos:

  • La violencia de tener a el 48% de los jóvenes sin trabajo (Eurostat, octubre 2010).
  • La violencia del coste prohibitivo de la vivienda en Barcelona al mismo tiempo que hay edificios vacíos esperando a que suban más los precios.
  • La violencia de las políticas de privatizar los espacios públicos (Xarxa Ciutat Vella 2009) y la privatización de los servicios públicos de la ciudad, como el del mantenimiento de los parques que ustedes han adjudicado a la compañía “Barcelona pel Medi Ambient” (más uso perverso de las palabras) y que está utilizando el herbicida más barato y más nocivo que existe, el famoso Roundup de la compañía Monsanto (famoso por su gran peligro para la salud humana) y así hacer que los parques de Barcelona, esos escasos espacios verdes, estén, efectivamente, verdes pero que no se puedan frecuentar por seres humanos, sobre todo no por niños, ancianos, embarazadas, mujeres y hombres en edad fértil, ni enfermos.
  • La violencia de dar prioridad, no a las necesidades de los ciudadanos y ciudadanas, sino al rápido crecimiento del turismo (N.Benach 2009) y al turismo de congresos.
  • La violencia de la inaccesibilidad de la ciudad a las personas con limitaciones físicas y cognitivas. Los transportes públicos siguen sin ser accesibles porque “un poco accesible” no es accesible. Mientras hayan estaciones de metro a las cuales sólo se puede acceder por escaleras, todo el sistema es inaccesible. Y los dos asientos reservados por autobús no refleja el alto porcentaje de ancianos, discapacitados y enfermos que necesitarían utilizar el transporte público. Para no entrar en detalles de la inaccesibilidad que aún demuestra la gran parte del mobiliario urbano para los que se desplazan en sillas de ruedas u otro transporte adaptado.
  • La violencia es su falta de compromiso real con la salud de los enfermos por adicción a las drogas inyectadas. Digo “real” porque se hicieron algunos intentos de performance con algunas salas de inyección que realmente no son viables porque no están dónde se necesitan. Al mismo tiempo que ustedes desplazaron a los adictos por vía parenteral y otros consumidores primero a Can Tunis y luego destruyeron Can Tunis y las personas afectadas tuvieron que desplazarse por barrios lejanos lejos de los servicios necesarios pero, claro, lejos de los ojos de los ricos y de los turistas.

Y tantos ejemplos más.
Lo violento es que ustedes, los del Ajuntament de Barcelona nos han robado la ciudad a los ciudadanos y ciudadanas para producir un espacio, no para las necesidades de la mayoría de los que vivimos aquí, sino para sus propios proyectos neoliberales, los suyos y los de sus colaboradores nacionales e internacionales.
Eso sí que es un crimen.
Pero las ciudades están construidas por procesos sociales y su definición de un uso “correcto” del espacio no lo podrá imponer a todos los ciudadanos y ciudadanas (Harvey 2000).
Sinceramente,
Clara Valverde Gefaell. Presidenta de la Liga SFC (Síndrome de la Fatiga Crónica, Fibromialgia y Sensibilidades Químicas Múltiples) www.ligasfc.org
Bibliografía:
Benach N (2009). El centro histórico de Barcelona bajo presión: flujos globales y derecho a la ciudad. Ciudad y diferencia: Género, cotidianeidad y alternativas. Eds. Rosa Tello y Héctor Quiroz. Barcelona: Ediciones Bellaterra.
Cresswell T (1996). In Place Out of Place. Geography, Ideology, and Transgression. Minneapolis: University of Minnesota Press.
Havey D (2000). Spaces of Hope. Edinburgh: Edinburgh University Press.
Harvey D (2005). A brief history of Neoliberalism. Oxford: Oxford University Press.
Klein N (2007). La Doctrina del Shock. El auge del capitalismo del desastre. Barcelona: Paidós.
Lefebvre H (1991). The production of space. (Traducción del francés: Donald Nicholson-Smith). Malden, Massachussets: Blackwell Publishing.
Tello R (2009). Las nuevas posibilidades de la ciudad diversa o la insostenibilidad de la ciudad homogénea. Ciudad y diferencia: Género, cotidianeidad y alternativas. Eds. Rosa Tello y Héctor Quiroz. Barcelona: Ediciones Bellaterra.
Xarxa Ciutat Vella (2009). www.xarxaciutatvella.cat

Redes: Nuestro Cerebro Altruista

Enlace para ver el documental: Nuestro cerebro altruísta

El programa trata de la importancia de sentir emociones hacia el prójimo en la teoría de la evolución mediante selección natural.

¿Quién dijo que la vida es una lucha donde ganan los más competitivos, fuertes y agresivos? Si aceptamos la teoría de la evolución mediante selección natural, hemos de saber que los seres vivos también han sido seleccionados por su capacidad para sentir las emociones del prójimo y para colaborar en el bien común. Lo explica el primátologo Frans de Waal, gran estudioso de las emociones animales.

Frans de Waals es un investigador holandés especializado en psicología, primatología y etología. Doctorado en biología por la Universidad de Utrecht, es profesor de la Universidad de Emory en EEUU, miembro de la Academia Americana de las Ciencias y director del Yerkes Primate Center. Ha escrito varios libros como ‘Política del Chimpancé’, ‘Nuestro mono interno’ o, el último, ‘La edad de la empatía’.

Especular con el hambre: el mundo, ante la próxima crisis alimentaria

Michael R.Krätke. 09/09/2010

Comerciar con el hambre: los inversores apuestan por la subida de las materias primas en las bolsas a futuros. La apuesta tiene consecuencias: el mundo se enfrenta a la próxima crisis de alimentos.

La historia algunos ya la conocen: un ambicioso joven dramaturgo quiere escribir una obra sobre los codiciosos héroes del mundo de las finanzas. El escritor quiere entender qué es lo que motiva a su héroe. Pero nadie puede explicarle qué es lo que decide el curso de los parqués bursátiles. La bolsa de cereales de Chicago se demuestra como algo incomprensible, cada razón presentada es una «montaña de grano» a través de la cual no se consigue ver ni tan siquiera a los propios actores implicados. El autor, Bertolt Brecht, se dio por vencido; y comenzó a estudiar a Marx. Entonces fue cuando, en sus propias palabras, comprendió de verdad su propia obra. Todo ello ocurre en 1928, el año inmediatamente anterior al comienzo de la Gran Depresión.

Los negocios en bolsa pueden llevar a la muerte. Porque en el mercado de valores se comercia también con alimentos y se determina el precio de los mismo para miles de millones de personas.

En nuestras latitudes la pobreza no equivale a morirse literalmente de hambre. Pero para más de mil millones de personas la malnutrición es algo muy real. Igual de real que la enorme cantidad de alimentos que se producen anualmente, suficientes para alimentar a mucha más gente de la que existe en la población mundial actual. A pesar de todo ello se adivina en el horizonte que la próxima crisis mundial será de otro tipo: una crisis de alimentos.

Una vez más

Una vez más. Hace unos pocos días miles de personas protestaron en la capital mozambiqueña de Maputo contra el aumento del precio del pan y de la energía. La policía disparó contra los manifestantes. Hubo al menos diez muertos. Ya en el 2007 y en el 2008 aumentaron dramáticamente los precios de los alimentos. Se duplicaron y triplicaron para el trigo, el arroz y el maíz, que alcanzaron, en parte, su precio más alto desde hacía 30 años. El precio del arroz, por ejemplo, aumentó casi un 180% en menos de dos años. Todos prestan atención a la crisis financiera y bancaria mientras entre bastidores da comienzo una crisis de alimentos de una dureza inimaginable. Al menos 120 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza. Gracias a la globalización muchos países del Sur han dejado de exportar alimentos y deben importarlos. La hambruna hace estallar los motines: ya se han registrado revueltas en más de 30 estados.

Mientras en Alemania se jura y perjura que la economía se recupera, los precios para el café, el cacao, el azúcar y los productos lácteos se disparan al alza en todo el mundo. Lo mismo vale para los mercados de futuros de cereales, soja y arroz. Los principales centros comerciales se encuentran en Nueva York (NYMEX/COMEX) y en Chicago, donde opera la Cámara de Comercio de Chicago (CBOT, por sus siglas inglesas) fundada en 1848, y la Chicago Mercantile Exchange (CME), fundada en 1898. En Europa los alimentos y materias primas se comercian en las bolsas de futuros de Londres, París (Matif), Ámsterdam y Frankfurt am Main (Eurex), también en Mannheim y, desde 1998, incluso en Hannover. Por doquiera se comercia con productos agrarios, pero no de manera presente y al natural, sino a mucha distancia y en unidades estandarizadas. Los contratos de compraventa se fijan para una fecha determinada en el futuro y reciben justamente ese nombre: «futuros». Así se puede, por ejemplo, comerciar con cereales antes de que sean cosechados: un negocio especulativo con los ingresos y precios de los productos agrícolas de los próximos meses.

El precio del pan

A finales de 2007 los principales actores de los mercados financieros (no solamente de los hedge fonds) huyeron en estampida de los desequilibrios causados por la crisis financiera y los títulos tóxicos sin ningún valor para adentrarse en la especulación con alimentos y materias primas. Las bolsas de mercancías a futuros se vieron de súbito abarrotadas y la consecuencia fue una explosión del precio de las materias primas y del petróleo. Inevitablemente, aumentaron los precios de todas las mercancías con las que se comercia en las bolsas de valores normales. Fondos como los creados por los bancos se llevaron otro potosí a pesar de la crisis. En Alemania el Deutsche Bank se publicitaba a los inversores anunciando brillantes prospectivas de ganancias gracias a los precios al alza de los productos agrícolas.

La ministra alemana de agricultura, Ilse Aigner (CSU), ha anunciado recientemente que quiere poner en marcha una campaña contra la especulación abusiva en los mercados agrarios en la cumbre agraria en enero de 2011 en Berlín y también en la cumbre del G-20 en junio de 2011. Pero Aigner traiciona sus propias promesas rápidamente, pues hasta la fecha no cuenta ni con propuestas ni con conceptos. El tema es para ella «muy complejo». Y uno quisiera añadir: y el gobierno federal se lo toma más bien con calma. Porque en septiembre de 2010 se disipó nuevamente el pánico a una amenazadora bancarrota estatal en Grecia, España o Portugal, de modo que el precio tanto de los empréstitos del estado como del interés bajó en picado. Pero incluso así los especuladores, tras tomar sus botines a los cada vez más endeudados estados, retornaron a las bolsas de futuros para sobrevivir a base de comerciar con alimentos y materias primas. Los chinos o los brasileños experimentan pequeños milagros económicos en sus respectivos países. Una buena y abundante comida es un símbolo importante de estatus social, mucho más importante aún que el automóvil. Una razón más para ver lucrativas posibilidades de inversión que sobre todo que proporcionen ganancias rápidas: los agrofuturos satisfacen plenamente este objetivo.

El júbilo de los especuladores

En el 2007 y el 2008 hubo malas cosechas de cereales en Australia, uno de los mayores exportadores de grano del mundo. En el 2010 hubo una sequía catastrófica en Rusia. Las pérdidas de cosechas han disparado el precio el pan más del 20% en Rusia. Si el gobierno en Moscú restringirá o no el comercio –el primer ministro Vladimir Putin prolongó de inmediato la prohibición de exportación de grano–, es algo que preocupa a los especuladores en júbilo. No se comercia con todos los alimentos en las bolsas a futuro, pero sí con los más importantes para la nutrición de la población mundial, como el trigo, el arroz, la soja y el maíz.

Las autoridades reguladores de la Commodity Futures Trade Comission (CFTC), que centran su atención en las bolsas de futuros de los EE.UU., han constatado repetidamente que la determinación del precio en los agrofuturos ya no tiene nada que ver con la oferta y la demanda ni las estimaciones de cosecha y ventas. Las manías de los mercados hacen fluctuar los precios radicalmente. Aunque la producción de alimentos apenas crezca o se estanque, las cifras de los agrofuturos se multiplican y se multiplican. Si hace un par de años se comerciaba todavía con unas 30.000 acciones de futuros en trigo al día en Chicago, hoy han subido ya a más de 250.000.

Obviamente especulan con ellas los grandes señores del capital como el Deutsche Bank o el BN Paribas, pero no, claro está, con su propio nombre, sino a través de fondos especiales creados a tal efecto, que especulan con todo un paquete de productos agrarios. Sus resultados se han incrementado meteóricamente en los dos últimos años. Cuantos más especuladores se encaminan a los parqués, más demoledores son los efectos de su actividad en los precios de los alimentos. Sólo el dos por ciento de los agrofuturos negociados conducen a una transacción real de las mercancías –esto es: a la entrega de la mercancía a cambio de dinero antes de que expire la fecha del contrato. Todo lo demás es pura especulación –con el incremento o la caída de precios –y sólo sirve al enriquecimiento.

La danza de San Vito de las bolsas

El índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas inglesas) ha calculado una cesta con los alimentos más importantes del planeta Tierra, de los cuales –aunque no todos se comercian en las bolsas– aumentan sus precios sin tocar aparentemente techo. Así, en los países más pobres aumentaron del 2007 al 2009 los precios de los alimentos entre un 30 y un 37% y en el 2008 de nuevo entre el 37 y el 40%. Le sigue una cierta recuperación en el verano de 2009, pero desde diciembre de 2009 la tendencia del índice de la FAO apunta nuevamente hacia un incremento.

Los expertos de la FAO advierten cifras en mano del estallido de la próxima crisis de hambre, a la que apenas se podrá poner freno. Porque la especulación prácticamente sin riesgos en las bolsas de futuros es un negocio multimillonario para el que se necesita todavía menos capital neto que en el comercio de acciones. El negocio corrompe la existencia de una producción sostenible, porque en todo el mundo los campesinos intentan seguir el baile de San Vito de las bolsas para poder conseguir al menos los restos. Malas noticias, pues, para los pobres de este mundo: ellos pagan la cuenta del rally en las bolsas a futuros. Y lo hacen con millones de hambrientos, con decenas de miles de muertos.

(Artículo en revista SinPermiso: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3566)

Sobre la necesidad de expresar…

El silencio es una de las palabras que más contenido puede llegar a tener aún cuando su definición nos habla de la ausencia de ruido. Sin lógica alguna vivimos en tiempos de silencio. Vivimos en una situación de presión como pocas antes habíamos experimentado como especie, y callamos. Estamos desposeídxs del control de nuestra realidad social. El capital, la abundancia de normas y el miedo (sobretodo esto) ha tomado las riendas de nuestra existencia limitándonos a ser espectadorxs de nuestro destino. Pero, ¿creemos que así esta bien? No. Y, ¿Lo manifestamos de alguna forma? Algunxs si.  Sin embargo, esto ha representado chocar de frente con aquella sociedad a la que, en realidad, se busca proteger. Manifestarse por el derecho a una vivienda, a un trabajo, a un cuerpo y a un planeta ‘sano’,  implica llevar una letra escarlata colgada del cuello y supone un objetivo a eliminar por parte de las institucionales vías de represión. El camino del activismo se lo tilda de radical y violento en el mejor de los casos, de terrorista en otros. Asimismo, encontramos el arte, con todas sus formas de expresión y que tradicionalmente ha servido para reflejar la imagen de un tiempo y de un modo de pensar. Sin embargo, también hemos sido desposeídos de esta necesidad básica de expresión, dejando que pase a ser un monopolio del ánimo de lucro. La educación igualmente se está convirtiendo en vasalla del conformismo; y los medios de comunicación de masas ayudan mucho en este camino de ‘aborregación social’.

El silencio es la nota que define a nuestro pueblo. La apariencia de que todo funciona correctamente mientras nos sometemos a la decadencia y a la autoextinción es nuestro patrón de vida. Basta ya. ¿A caso hemos desarrollado capacidades lingüísticas, de razonamiento, de manifestación de emociones y de supervivencia tan extremadamente complejas como para llegar al punto en el que estamos? Me motiva pensar que no.

Este espacio busca la reflexión, el debate y la provocación. Recordar el legado de nuestra historia y construir un presente-futuro es el objetivo de este minúsculo lugar. Como una estrella naciente a partir de una supernova espera despertar conciencias con la simple meta de que empecemos a pensar, ya no como seres racionales, sino como seres lógicos.